Las organizaciones del futuro.
- jmcejaflores

- 31 oct
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Cuando todos los principios de la segunda ola fueron “aplicados a una única organización", el resultado fue una clásica burocracia industrial: una organización mecanicista, jerárquica, permanente y de dimensiones gigantescas, diseñada para fabricar productos repetitivos o tomar decisiones “repetitivas" en un entorno industrial relativamente estable. Sin embargo, ahora al desplazarnos a nuevos principios y empezar a aplicarlos conjuntamente, caminamos necesariamente hacia clases nuevas por completo de organizaciones del futuro.
Estas organizaciones de la tercera ola tienen jerarquías más horizontales. Están menos recargadas por arriba. Constan de pequeños componentes, enlazados en configuraciones temporales. Cada uno de esos componentes tiene sus propias relaciones con el mundo exterior, su propia política exterior, por así decirlo, que le mantienen sin tener que pasar por el centro. Estas organizaciones funcionan cada vez más sin limitaciones de horario.
Pero se diferencian de las burocracias en otro aspecto fundamental. Son lo que podría denominarse organizaciones “duales” o “poliorganizaciones”, capaces de asumir dos o más formas estructurales distintas, según exijan las condiciones... algo semejante a algún plástico del futuro que cambiará de forma cuando se le aplique frío o calor, pero que recuperará su configuración básica cuando la temperatura vuelva a la normalidad.

Poliorganizaciones
Cabría imaginar un ejército que fuese democrático y participativo en tiempo de paz, pero altamente centralizado y autoritario durante la guerra, por haber sido organizado para ser capaz de ambas cosas. Otra analogía es la de un equipo de rugby cuyos miembros no son solamente capaces de adoptar una formación en T y numerosas otras disposiciones para diferentes juegos, sino que, al sonido de un silbato, son igualmente capaces de organizarse como un equipo de fútbol, béisbol o baloncesto, según el partido que estén jugando. Tales jugadores organizativos necesitan entrenarse para una adaptación instantánea, y deben saber desenvolverse en un más amplio repertorio de estructuras y funciones organizativas.
Se necesitan directores que puedan operar tan competentemente en un estilo llano y desenfadado como en un estilo jerárquico, que puedan trabajar en una organización estructurada como una pirámide, así como en una que ofrezca un aspecto móvil con un complejo conjunto de módulos autónomos que se mueven en respuesta a los más ligeros estímulos.
Se han sugerido palabras diferentes para describir estas organizaciones del futuro: El profesional de la publicidad Lester Wunderman[1] ha dicho “Grupos conjuntos, actuando como comandos intelectuales... remplazarán a la estructura jerárquica”; Tony Judge[2], uno de los más brillantes teóricos de la organización, ha escrito extensamente sobre el carácter “reticular” de estas emergentes organizaciones del futuro, señalando, entre otras cosas, que “la red no está ahora “coordinada” por nadie, los organismos participantes se coordinan por sí mismos, de modo que puede hablarse de “autocoordinación”. Buckminster Fuller[3] los ha descrito en términos de los principios de “tensegridad[4]”.
Pero, sean cualesquiera los términos que se utilicen, algo revolucionario está sucediendo. Estamos participando, no simplemente en el nacimiento de nuevas formas organizativas, sino en el nacimiento de una nueva civilización. Va tomando cuerpo un nuevo código... un conjunto de principios de la tercera ola, nuevas normas básicas reguladoras de la supervivencia social.
[1] Lester Wunderman fue un ejecutivo de publicidad estadounidense ampliamente considerado como el creador del marketing directo moderno. Sus innovaciones incluyeron la tarjeta de suscripción a la revista, el número gratuito 1-800, los programas de recompensas de lealtad y muchos más.
[2]Tony Judge es un emprendedor y director ejecutivo / fundador de Clubs to Hire. CTH alquila palos de golf de alta gama en Europa, Estados Unidos, Asia y África.
[3] Richard Buckminster Fuller fue un diseñador, arquitecto e inventor estadounidense. También fue profesor en la Universidad del Sur de Illinois Carbondale y un prolífico escritor.
[4] La tensegridad es un principio estructural basado en el empleo de componentes aislados comprimidos que se encuentran dentro de una red tensada continua, de tal modo que los miembros comprimidos (generalmente barras) no se tocan entre sí y están unidos únicamente por medio de componentes traccionados (habitualmente cables) que son los que delimitan espacialmente dicho sistema.
Las organizaciones del futuro no solo buscarán generar ganancias, sino también tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Serán más flexibles, colaborativas y digitalizadas, con estructuras menos jerárquicas y más centradas en las personas. El talento humano, la creatividad y la ética serán factores clave para su éxito. En este nuevo modelo, la capacidad de reinventarse será la diferencia entre sobrevivir o desaparecer en un mundo en constante evolución.
Estas organizaciones de la tercera ola tienen jerarquías más horizontales. Están menos recargadas por arriba. Constan de pequeños componentes, enlazados en configuraciones temporales.
Este artículo nos dice Las organizaciones del futuro no son edificios de oficinas, sino ecosistemas de adaptación e innovacion. Se trata de personas que trabajan con propósito, aprovechando la tecnología para resolver los desafíos de un mundo Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, la clave ya no es la estabilidad, sino en la evolución constante y la capacidad de generar valor de maneras que aún estamos descubriendo.
Este artículo comenta que antes, las empresas eran rígidas y jerárquicas, con tareas repetitivas y control desde arriba. Esto funcionaba en un mundo estable, pero hoy los cambios son constantes.
Las organizaciones del futuro son flexibles y horizontales, con equipos pequeños que toman decisiones y colaboran rápidamente. También son “duales”, cambiando su forma según la situación.
Por eso, los líderes deben ser versátiles y las empresas creativas, adaptables y orientadas al trabajo en equipo.
Este artículo es mucho más adecuado para el contexto actual, donde todo cambia muy rápido. Las empresas necesitan ser capaces de reorganizarse, adaptarse y trabajar en red, sin depender tanto de una autoridad central. Además, me gusta la idea de que los equipos puedan transformarse según la situación, igual que el ejemplo del ejército o el equipo deportivo que cambia de formación según el juego.